Para poder utilizar tanto un disco duro interno como una memoria USB, una tarjeta SD o un disco duro externo, estos deben estar “formateados”, es decir, su estructura lógica debe tener un formato de manera que el sistema operativo sea capaz de comprender su estructura y de trabajar con ella. Existen varios tipos de formato diferentes. Desde Windows, concretamente, podemos elegir entre 3 tipos de formatos diferentes: FAT32, NTFS y ExFAT, sin embargo, el sistema operativo no nos indica las diferencias entre ellos, por lo que en ocasiones es posible que nos encontremos con dudas a la hora de elegir el formato adecuado.